Distintos factores, como el sonido, pueden afectar nuestro bienestar a la hora de habitar un espacio. Por eso, es importante tener en cuenta nuestra calidad de vida auditiva. El aislamiento acústico actúa sobre la transmisión de ruidos de un espacio a otro, tanto en el interior como en el exterior de una edificación arquitectónica. Esto evitando que nos estorben los rumores de la calle o que causemos molestias a los demás.
Existe una diferencia entre aislamiento y acondicionamiento acústico al momento de controlar la “reverberación” (confundida a modo coloquial con el eco) en un espacio interior. El acondicionamiento es la comodidad de los usuarios en cuanto a la calidad del sonido y el tratamiento del confort en el interior de un espacio. Este se logra con la utilización de objetos o materiales (como alfombras, corchos, plantas, cortinas y cojines) que absorben las vibraciones producidas en el espacio y aportan tanto a la decoración del interior como a los ruidos del ambiente.
Interiores en una edificación arquitectónica
La transmisión sonora puede ser aérea, estructural o por impactos, según el modo en que la vibración alcanza el espacio contiguo. Los ruidos que provienen de estos espacios se pueden controlar con materiales de aislantes acústicos, como fibra de vidrio, espuma acústica, gomas, materiales elásticos y paneles de aislamiento acústico. Estos eliminan las vibraciones de muros y suelos, “cortando” el sonido.
Exterior en una edificación arquitectónica
Los rumores que provienen del exterior o del medioambiente incluyen el tráfico y personas hablando al cruzar, así como impactos que se producen desde el exterior frente a la vivienda o edificación. Estos se controlan de distintas formas desde el punto de vista del aislamiento acústico. En las fachadas, suele utilizarse lana de roca, revestimientos en piedras o madera, o jardinería frontal alrededor de la edificación. Estos pueden tener un excelente comportamiento térmico y servir, al mismo tiempo, como aislante del calor y del ruido exterior.
Bien seas el propietario de un local y quieras que tus clientes o empleados se encuentren más cómodos, o si simplemente buscas tener un sistema de sonido que no moleste a los demás dormitorios o los vecinos, la inversión en acústica es una inversión directa en tu calidad de vida, logrando espacios más tranquilos y agradables.