El Método Montessori, la propuesta pedagógica de la doctora María Montessori, se basa en el juego colaborativo, el aprendizaje práctico y las actividades autodirigidas. Surge de los estudios sobre el desarrollo infantil realizados por la doctora, educadora y antropóloga italiana, quien identificó que los patrones de desarrollo físico, social, intelectual y emocional son consistentes, independientemente de la cultura o la era en las que los niños se encuentren.
Los ambientes bajo este método están diseñados intencionalmente para apoyar un aprendizaje experiencial, que fomenta un entendimiento más completo de las distintas materias escolares y de los elementos clave en el desarrollo del ser humano, como la independencia y la libertad de decisión.
El método se aplica tanto al salón de clases, como a la habitación, otorgándole al pequeño la libertad de interactuar con su entorno a su propio ritmo.
Se estructura para formar niños seguros de sí mismos, creando independencia y autonomía, y desarrollando en ellos la capacidad de decidir con pensamiento crítico. Al promover la autoevaluación, el pequeño analiza críticamente su trabajo. De esta forma, podrá reconocer, corregir y aprender de sus errores, a medida que va perfeccionando sus habilidades y adquiriendo nuevos conocimientos. Al no tener miedo a fallar, este método le permite desarrollar su imaginación y creatividad.
Decoración con el Método Montessori
La decoración debe partir de la edad y las necesidades del niño. El concepto se enfoca en una habitación espaciosa, limpia, bien iluminada y con buena ventilación.
Los colores deben ser neutros, ya que las tonalidades blancas, cremas y cálidas invitan a la calma y al descanso placentero. Las texturas pueden ser de tonos uniformes o con relieves, manteniendo un sentido coherente para no cargar la vista. Por ejemplo, se pueden escoger estampados de líneas grises o azules, así como cobertores o alfombras con relieves del mismo color, y cojines de texturas similares al textil.
Mobiliarios
Todos los muebles deben estar a la altura y al alcance del pequeño. Esto es de suma importancia, ya que le ayudará a utilizarlos independientemente.
Los muebles:
Considerando que todos los muebles, como cajones, mesitas, sofás, sillas, cuadros y estantes, están a la altura del niño, podrán moverse sin requerir ayuda.
Las camas:
Ya que este método se enfoca en la evolución del niño, las cunas se utilizan por un periodo corto, y se reemplazan por camas bajas o al nivel de suelo. Estas le otorgan la libertad de moverse independientemente, de acuerdo con lo que mamá y papá le enseñan, como acostarse solos y levantarse sin la necesidad de un adulto.
Los juguetes:
Ya Los juguetes permitidos son aquellos compuestos de materiales naturales, como tela o madera, en lugar de plástico.
Los accesorios:
Los accesorios incluyen los percheros, para que puedan colgar su ropa solos, así como los espejos, los cuales les permiten observar y descubrir sus cuerpos. Para complementar la decoración, también se pueden incluir carteles de animales, de paisajes o de la naturaleza.
El suelo:
Teniendo en cuenta que los niños pasan mucho tiempo en el suelo, es recomendable elegir uno cálido y fácil de limpiar, que se adapte a sus actividades. Además, se pueden incluir alfombras para crear una mayor sensación de calidez. Este espacio debe permitirles moverse descalzos libremente.
